20.05.2018 11:43
Estimado Fernando Filgueira:
Vuelvo a ponerme en contacto con Ud. preocupado porque siguen pasando los años, sin que se avizoren los cambios en el sistema educativo; ni siquiera se pueden visualizar el inicio de los mismos.
Para muestra simplemente le comparto la noticia de que una vez más no podrá modificarse el sistema de elección de horas docentes en secundaria, y se mantendrá la elección anual como siempre lo ha impuesto el gremio. ( http://www.elpais.com.uy/informacion/rechazan-eleccion-horas-anos-haran.html).
Mi postura personal, es que nada podrá hacerse desde dentro del sistema, debido a los múltiples bloqueos a cualquier intento de reforma, aunque se trate de tímidos planes pilotos, como lo fue el Promejora, ya abortado, a pesar de que fue exitoso.
Los bloqueos son tanto desde los sindicatos, como lo evidencia la primera noticia de esta nota, como desde las autoridades, como lo evidencia el cierre del plan Promejora.
También se evidencia la oposición a cualquier cambio en los múltiples intentos de bloquear el financiamiento de los institutos públicos de gestión privada como el Jubilar y el Impulso entre otros. Estos muestran mejores resultados que los institutos públicos tal como lo muestran los resultados del siguiente estudio: http://www.ieem.edu.uy/noticias/ana-balsa-hay-que-replicar-el-modelo-de-los-liceos-privados-gratuitos/206?utm_content=buffer068b3&utm_medium=social&utm_source=facebook.com&utm_campaign=buffer
Dado que no resultará posible instrumentar un cambio educativo desde el sistema público y dentro del mismo, por más buena voluntad que se ponga, por mejores propuestas que se hagan o por más presupuesto que se le dedique, es necesario pensar en alternativas para poder poner en marcha el cambio educativo.
Un camino ya lo expresó Ernesto Talvi hace un año, proponiendo un plan que propone replicar el modelo de los liceos pùblicos de gestión privada, instrumentándolo por medio del plan Ceibal, con financiamiento público. (http://www.elobservador.com.uy/talvi-recorre-el-pais-ideas-transformar-la-educacion-n880653).
Talvi trata de evadir el eventual y seguro bloqueo a cualquier cambio que se intente realizar, si se lo canaliza a través de la estructura burocrática y sindical del sistema de enseñanza público.
Otro camino posible, de no conseguir el financiamiento público es apelar a multiplicar los liceos públicos de gestión privada, como propone en su artículo Ana Balsa. En ese sentido sería muy útil que Eduy21 se propusiera crear una fundación, que permitiera centralizar y promover las donaciones para estos institutos.
La multiplicación de estos institutos,abarcando cada vez más un número mayor de alumnos, permitiría luego reclamarle al Estado una distribución más equitativa del presupuesto educativo entre el sistema de gestión pública y el sistema de gestión privada.
Lo cual no es ni más ni menos, que repetir como el Estado distribuye los recursos destinados a la atención de la salud de la población a través del FONASA.
Por que razón no instrumentar un FONASA Educativo? Cual podría ser el argumento que avala distribuir el gasto en salud entre gestores público y privados, y no avala lo mismo con respeto al gasto en educación. Acaso no son tan importantes la salud como la educación. No son ambos derechos fundamentales de cualquier ciudadano, y dado que el sistema público por sí solo no logra brindar ese derecho, bien podría apelarse a la acción conjunta de gestores públicos y privados, tal como se hace en la salud.
También la ayuda social del gobierno, que distribuye el MIDES, se hace en gran parte a través de múltiples gestores privados, en este caso a través de múltiples ONGs.
En el 2015 planteé este camino, y dos años más tarde, nada ha cambiado:
Ahora el senador Pedro Bordaberry describe con claridad como el FA preso y rehén de grupos minoritarios ha trancado en el parlamento toda posibilidad de cambio educativo.
Entiendo que apuesten a lograr un amplio consenso político para obtener respaldo al plan de reformas propuestas, y sin duda apuesten a un resultado político diferente, donde el FA carezca de mayorías parlamentarias.
Pero aunque ello ocurra, la misma no será posible debido a que los sindicatos, y seguramente la burocracia que maneja y gestionan la educación, harán una férrea oposición a cualquier intento de reforma, y más aún si proviene de un gobierno considerado de derecha.
Bloquearon todos los intentos de reformas, aún tímidos planes piloto como el Primera, y el cambio de elección de horas a hacerlo cada dos años. Y eso que los intentos de reformas arrancaron con el aval de los dos últimos presidentes.
Sigo creyendo que por más intentos que se hagan de hacer los cambios dentro del sistema público, con los sindicatos y con la burocracia que gestiona la enseñanza, los mismos estarán condenados al fracaso.
El único camino posible es hacerlos por fuera, tal como se hizo el pan Ceibal, y como lo hacen los liceos públicos de gestión privada.
En el Uruguay de hoy y del futuro inmediato, ese es el único camino posible.
Disculpe que lo moleste e insista con este planteo, de alguien que no está a su altura en materia de conocimiento y formación educativa, pero deseo fervientemente el mayor de los éxitos al proceso de reforma y al conjunto de acciones que propone Eduy21.
Cómo lo he dicho, la única forma de lograr un cambio educativo, es a través de la sociedad civil organizada.
Pero intentar hacerlo a través de las estructuras existentes, sin debilitar antes el poder de los sindicatos y del plenario del FA, que contarán con el acicate de estar luchando en contra de una reforma de un gobierno de la derecha, será un camino imposible.
Atte., Manuel da Fonte
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